“Por favor, cuéntale a mi hijo quién era su madre”. Así nació Memoria Viva.

Hace 6 años tuve que oír repetidas veces esta frase en boca de Estíbaliz. Fueron momentos tan duros que no fui capaz de reaccionar. Toda mi responsabilidad se centraba en escuchar los últimos deseos de mi prima y prometerle que yo transmitiría su memoria a mi ahijado, un bebé que perdería a su madre antes de cumplir un año.

Diagnosticaron cáncer de mama a Estíbaliz cuando estaba embarazada de 5 meses. Cuando dio a luz a Gabriel pudieron operarla, pero ya era demasiado tarde. A pesar de la quimioterapia, el cáncer había hecho metástasis rápidamente debido a las hormonas del embarazo.

Es difícil imaginar una situación más dramática y sin embargo, Estíbaliz nunca perdió la alegría de vivir. Las lecciones que nos regaló a toda la familia durante este proceso son muchísimas. Luchó por vivir con esperanza y optimismo durante cada minuto de ese año. Fue una madre ejemplar durante 10 meses. Ya había sido una persona extraordinaria durante toda su vida, de la que se pueden recoger tantas anécdotas como para componer el más vívido relato de aventuras.

Estíbaliz tenía muchísimos amigos por todo el mundo y coleccionaba miles de fotos, vídeos y audios. No obstante, ese cúmulo de documentos están dispersos, a veces bloqueados en dispositivos móviles inaccesibles y cuentas de redes sociales protegidas. Dar orden a la imagen y memoria de Estíbaliz después de su desaparición es una tarea monumental.

Sólo después de un tiempo entendí que cuando ella me pedía “Por favor, cuéntale a mi hijo quién era su madre”, lo que yo tenía que haber hecho era asumir la tarea como realizadora audiovisual, y darle la oportunidad de expresar un mensaje centrado en su propósito. Hoy yo quisiera haber hecho un documental sobre ella, de su mano. Ése habría sido el mejor legado posible para su hijo.

Como experta en audiovisuales, con Máster en cine documental, ya sólo me queda sentir arrepentimiento por no haber concebido esta posibilidad mientras Estíbaliz vivía. Pero la experiencia no fue en vano, y la gran contribución de mi prima fue inspirarme sobre la necesidad de crear un servicio como Memoria Viva. Todavía hay muchas personas que pueden salvar su recuerdo de una forma bonita y creativa.

La labor de Memoria Viva está dedicada a Estíbaliz.

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